¿Buscar o Esperar?

Pautas para buscar pareja para toda la vida – a la manera de Dios.

por Israel Rodriguez

Recientemente, un hermano de la iglesia me hizo una pregunta que, aunque sencilla, revela una profunda preocupación compartida por muchos cristianos, jóvenes y no tan jóvenes. Miles de creyentes se hacen esta pregunta a diario, especialmente aquellos que desean honrar a Dios en todas las áreas de su vida, incluyendo el amor y el matrimonio: ¿Es más espiritual esperar pacientemente en oración a esa persona especial, o es aceptable tomar la iniciativa y buscarla?

Esta tensión entre la acción humana y la dependencia de la voluntad de Dios ha generado muchas dudas, conversaciones y, a veces, frustraciones.

En el contexto cristiano — especialmente en la Iglesia de Dios (Séptimo Día) — este dilema es aún más relevante, porque el noviazgo no se considera simplemente una etapa romántica, sino un camino hacia el matrimonio, una institución sagrada. Además, la Biblia no ofrece un manual paso a paso sobre cómo encontrar pareja en el siglo veintiuno. Esto deja espacio para la interpretación, la experiencia personal y consejos bien intencionados — pero no siempre precisos. En una cultura que normaliza las citas casuales, los cristianos buscan algo más profundo: una relación centrada en Cristo, llena de propósito y santidad.

Tomando la iniciativa

Dentro de la comunidad cristiana, suelen surgir dos perspectivas comunes sobre cómo vivir la soltería.

“Estoy esperando en Dios”. Este enfoque se basa en confiar plenamente en que Dios, en Su tiempo perfecto, traerá a la persona adecuada. Quienes adoptan esta postura a menudo rechazan la búsqueda activa, considerando la búsqueda como una señal de ansiedad o falta de fe.

“Estoy orando y estoy abierto para conocer personas”. Esta segunda perspectiva implica orar pidiendo guía divina, a la vez que estar abierto a participar en actividades, conocer gente y explorar posibilidades. No se considera una falta de fe, sino un acto de sabiduría y responsabilidad.

¿Qué nos enseña la Biblia?

Un claro ejemplo es el encuentro de Isaac y Rebeca en Génesis 24. Abraham envió a su siervo a buscar esposa para su hijo. Si bien hubo oración y confianza en la guía de Dios, también hubo acción intencional. El siervo viajó, buscó, pidió señales y evaluó la respuesta. Hubo oración, pero también movimiento.

Este pasaje revela una verdad importante: la fe no se opone a la acción. De hecho, muchas veces Dios obra a través de nuestras decisiones y pasos obedientes. Esto nos lleva al concepto del libre albedrío dentro de la soberanía de Dios. Si bien creemos que Dios tiene planes para nosotros, también nos da la capacidad de elegir, discernir y actuar conforme a Su voluntad. Buscar una pareja con sabiduría y propósito no es pecado si se hace con un corazón que anhela honrar a Dios en todo.

Por esto es difícil

Encontrar pareja en el contexto cristiano no es tan sencillo como “simplemente encontrar a alguien que asista a la iglesia”. Implica varios filtros espirituales, emocionales y culturales que pueden hacer que el proceso resulte abrumador.

Compatibilidad en la fe (2 Corintios 6:14). La Biblia nos aconseja no unirnos en yugo desigual con los incrédulos. Para muchos cristianos, esto significa que no pueden ni deben considerar relaciones con quienes no comparten su fe. Incluso con una química emocional o física, las diferencias espirituales pueden convertirse en un serio obstáculo para una relación duradera y saludable.

Estándares altos. No basta con que alguien simplemente crea en Dios. Muchos buscan compatibilidad en carácter, madurez espiritual, misión de vida y llamado ministerial. Estas expectativas elevan el nivel y reducen el número de personas con las que se puede establecer una verdadera conexión espiritual y emocional.

Presión social. Mientras la cultura secular alienta a retrasar el matrimonio y a aceptar relaciones casuales, muchas iglesias (incluida la nuestra) pueden presionar a los solteros para que se casen pronto. Esta doble expectativa puede causar ansiedad y confusión: “¿Llego demasiado tarde? ¿Soy demasiado exigente? ¿Por qué todos mis amigos están casados y yo no?”.

Círculos sociales limitados. Muchos cristianos interactúan solo con otros creyentes en entornos limitados, como la iglesia o eventos cristianos. Si bien estos son entornos seguros, también pueden ser limitantes, reduciendo las oportunidades de conocer a alguien compatible de forma natural y sin presiones.

Aplicaciones de citas. Algunos cristianos sienten que las apps de citas son frívolas o incompatibles con una visión espiritual del amor. Incluso con las plataformas cristianas disponibles, persisten los desafíos: perfiles falsos, expectativas poco realistas o el miedo a ser juzgado por usarlas.

Diferencias doctrinales. Incluso dentro de la fe, las diferencias en la doctrina denominacional pueden ser obstáculos importantes. Estas a menudo no se manifiestan al principio, pero pueden causar conflictos importantes a medida que la relación se profundiza.

Factores personales y espirituales

Antes de buscar pareja, es esencial que la persona tenga una identidad sólida en Cristo. No se trata de encontrar a alguien que te “complemente”, sino de ser una persona completa en Dios: alguien que conoce su valor, propósito y llamado.

La oración y la intencionalidad también son fundamentales. Una persona no debe buscar desde la desesperación, sino con un corazón sano que desea compartir la vida y el propósito con alguien más. Pregúntate: “¿Por qué quiero una relación? ¿Qué busco realmente?”. Esto es parte del proceso espiritual.

Confiar en el tiempo de Dios es otro pilar (Eclesiastés 3:1). A veces el deseo es legítimo, pero aún no ha llegado el momento. Y eso no es un castigo, es una preparación. Hay mucho que aprender, sanar y crecer antes de compartir la vida con alguien más.

La soltería tiene un profundo valor. Es un momento para profundizar espiritualmente, servir, descubrir pasiones y desarrollar sabiduría emocional. No es una etapa para “sobrevivir”, sino para florecer.

Obstáculos únicos

Vivir como cristiano implica ir contracorriente en muchos aspectos de la cultura moderna. Estos son algunos de los obstáculos más específicos:

• La convicción de esperar hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales. Esta decisión, arraigada en principios bíblicos, es contracultural y a menudo aleja a parejas potenciales que no comparten el mismo compromiso.

• Un estilo de vida diferente al del mundo secular. La música que escuchas, el lenguaje que usas, tus prioridades y límites pueden parecer extraños incluso para quienes se identifican como creyentes.

• Decepción con quienes dicen ser creyentes pero no viven los valores. No todo el que dice: “Señor, Señor” vive bajo el señorío de Cristo (Mateo 7:21). Es doloroso, pero necesario, reconocer que no todos los que se llaman cristianos buscan una relación basada en la santidad, el propósito y la honra a Dios.

¿Buscar o esperar?

La verdad es que ambas son válidas. La pregunta no es si debes buscar o esperar, sino cómo vives mientras confías. El rol del creyente no es pasividad, sino obediencia activa. Significa caminar, avanzar, servir, crecer, orar, discernir y confiar.

Esperar es vivir con la mirada puesta en Jesús, confiando en que, a lo largo del camino, Dios alineará el tiempo, las personas y las circunstancias.

Considera los siguientes versos que nos ayudan a equilibrar esta perspectiva:

“Quien halla esposa encuentra el bien y recibe el favor del Señor” (Proverbios 18:22). Implica acción.

“Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón” (Salmo 37:4). Habla de prioridades espirituales.

“No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Génesis 2:18). Afirma el deseo de Dios por las relaciones.

Motivaciones

Sé parte activa de tu comunidad cristiana. Participa en actividades, grupos pequeños o ministerios. Estos abren oportunidades genuinas de conexión y amistad.

Construye amistades verdaderas. No todo comienza con el romance. Muchas relaciones saludables comienzan con amistades profundas y sinceras.

Usa las herramientas disponibles con discernimiento. Las aplicaciones de citas cristianas no son malas en sí mismas. Úsalas con oración, límites claros y con los ojos bien abiertos.

Crece espiritualmente y sirve mientras esperas. En lugar de enfocarte en lo que no tienes, enfócate en lo que Dios quiere hacer en ti hoy. Servir te madura, te forma y te conecta con los demás.

Buscar pareja no es fácil, especialmente para quienes desean honrar a Dios con su corazón, cuerpo y decisiones. Pero tampoco es imposible. No se trata de desesperarse ni cerrarse. Se trata de discernimiento. Dios no bendice la pasividad ni recompensa la ansiedad. Honra la fe activa — la que confía mientras camina, ora mientras vive y sirve mientras espera. Recuerda: Lo más importante no es encontrar pareja, sino caminar con Cristo cada día. Si eso es posible, todo lo demás llegará en su momento perfecto — si el matrimonio es el plan de Dios para ti. No esperes a que llegue la persona adecuada. Sé la persona adecuada mientras esperas y actúa con fe.

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El Camino de la Espera

Written By

Israel Rodriguez attends the Fort Smith, AR Church of God (Seventh Day).

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